Guatón es un beagle de 7 años y hace 5 le diagnosticaron obesidad. Debería pesar 17 kilos, pero la balanza marca 27. "Por su condición, el veterinario dijo que su expectativa de vida bajó de 15 a 10 años", dice Nicole Díaz, su dueña.

El tema es preocupante. La Asociación para la Prevención de la Obesidad de las Mascotas estima que solo en EE.UU., el 60% de los gatos y el 56% de los perros sufre de obesidad o sobrepeso. Otro estudio, esta vez del departamento científico de Royal Canin -empresa de alimento para mascotas- concluyó que el 30% de gatos y perros padece obesidad.

Según Sonia Anticevic, médica veterinaria de la U. de Chile y especialista en medicina de animales pequeños, las principales causas de la obesidad en mascotas son el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios.

Es el caso de Guatón. "Mi mamá le daba los restos del asado o lo que sobraba en la olla, porque decía que la miraba con carita de hambre", cuenta Díaz.

Amara Muñoz tiene un gato de 9 años, Dodó, que pesa 12 kilos cuando debería pesar 7. "Siempre fue gordo, pero cuando lo castramos aumentó más de peso. Come un alimento especial y jugamos con él, pero se cansa muy rápido".

Otro factor que contribuye a la obesidad de los animales es la esterilización. "El metabolismo cambia y el animal se vuelve más reposado, entonces gasta menos energía y eso influye en su aumento de peso", explica Anticevic.

La obesidad también puede estar asociada al hipotiroidismo, agrega Franco González, miembro de la Comisión de Tenencia Responsable del Colegio Médico Veterinario de Chile. "Un 8% de los perros en el país tiene hipotiroidismo. Se trata de un déficit de la hormona del metabolismo y es la principal patología que provoca obesidad canina", aclara.

Según Loreto Muñoz, directora del Depto. de Ciencias Clínicas de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la U. de Chile, la obesidad en animales puede provocar lesiones muy parecidas a las que sufren los humanos, como problemas en las articulaciones, hipertensión y diabetes.

Para diagnosticar si un perro o gato está obeso existen signos fáciles de evaluar. "Si no puedes sentir los huesos de la columna y no aprecias su cintura quiere decir que el perro está con un grado de obesidad. En los gatos obesos, las costillas no son palpables y tienen un abdomen abultado", dice Anticevic.

El cambio de hábitos es el primer paso para combatir la obesidad. "Se debe pasar a una comida baja en calorías o disminuir las porciones, además de aumentar la actividad física", enfatiza Muñoz.

Para combatir el sedentarismo en los gatos, la recomendación es realizar actividades lúdicas con ellos, como atar un hilo al extremo de un palo para que lo trate de atrapar.

"Para los perros, el ejercicio mínimo son 15 minutos de paseo al día. Cuando el animal tiene obesidad, el trabajo físico debe realizarse con precaución e incrementarlo en forma paulatina", advierte Caciano de la Cruz Mondaca, instructor canino hace más de 28 años.